Los tableros eléctricos son el núcleo de cualquier instalación industrial, comercial o de infraestructura. Su función va mucho más allá de distribuir energía: también protegen los circuitos, controlan procesos y permiten la automatización de operaciones.
En este contexto, podemos clasificar tres tipos principales: tableros de distribución, tableros de control y tableros de automatización.
1. Tableros de distribución

Son responsables de recibir la energía eléctrica desde la acometida o fuente principal y distribuirla de forma segura a diferentes áreas, equipos o cargas.
Características principales:
- Incluyen interruptores, breakers y fusibles para protección contra sobrecargas y cortocircuitos.
- Diseñados para manejar la corriente nominal requerida por la instalación.
- Pueden ser de baja, media o alta tensión, según la aplicación.
Aplicaciones:
- Alimentar líneas de producción industriales.
- Distribuir energía en edificios comerciales.
- Suministrar potencia a sistemas críticos (bombas, HVAC, servidores).
2. Tableros de control

Su función es dirigir y supervisar el funcionamiento de máquinas y procesos, gestionando señales eléctricas y electrónicas.
Componentes habituales:
- Contactores y relés.
- Temporizadores y controladores.
- Medidores y módulos de protección.
Aplicaciones:
- Arranque y paro de motores.
- Control de secuencias en procesos productivos.
- Monitoreo de parámetros eléctricos.
3. Tableros de automatización

Integran tecnología y software para operar procesos de forma autónoma o semi-automática, minimizando la intervención humana.
Elementos clave:
- PLCs (Controladores Lógicos Programables).
- HMIs (Interfaces Hombre-Máquina).
- Módulos de comunicación industrial (Ethernet/IP, Modbus, Profibus).
Ventajas:
- Mayor eficiencia y precisión en los procesos.
- Capacidad de monitoreo remoto.
- Integración con sistemas SCADA para supervisión en tiempo real.
4. Beneficios de un tablero bien diseñado y mantenido
- Seguridad: protege a personas y equipos contra fallas eléctricas.
- Confiabilidad: asegura el suministro continuo y estable de energía.
- Escalabilidad: permite ampliar la capacidad según las necesidades futuras.
- Eficiencia: reduce pérdidas y optimiza el consumo eléctrico.
5. Recomendaciones para instalación y mantenimiento
- Cumplir con normas y estándares eléctricos (IEC, NEC, RETIE, según país).
- Usar componentes certificados y de calidad.
- Mantener un programa de inspecciones periódicas.
- Documentar esquemas y configuraciones.
- Capacitar al personal en operación segura.
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